Llegamos al fin del año 2019, satisfechos con las recientes publicaciones de Editorial Fata Morgana:
“Psicoterapia”, de M.-L. von Franz (julio 2019); y “Abuelos:
perspectivas arquetípica y clínica en las relaciones abuelo-nieto”, de
Isabelle Meier (noviembre 2019). Ambas han tenido muy buen recibimiento
por parte de ustedes, ¡muchas gracias!
¡ Les deseo a ustedes un cierre del año 2019 con bonanza, salud y,
sobre todo, quietud de alma ante los azores de nuestro mundo actual ! Y
que este diciembre, que es tiempo de reuniones con amigos y fiestas
familiares, sirva también para su reflexión interior, para revisar lo
logrado hasta ahora y hacer proyectos para el próximo año.
Por otro lado, este mes les comparto dos de los mensajes que nos han
llegado acerca de la reciente publicación, “Abuelos”, de Isabelle
Meier, que dan muestra de las fibras interiores que mueve tal arquetipo
en nuestras psiques.
Dra.
María Guadalupe Abac Archundia
Diciembre de 2019
Comentarios recibidos sobre el libro:
Abuelos:
perspectivas arquetípica y clínica en las relaciones abuelo-nieto.
Autora: Isabelle Meier
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Escrito de Margarita Maldonado Saucedo ------------
Dra. María Abac
[...]
He estado pensando sobre la relación con mis abuelas (paterna y
materna); no conocí a mis abuelos y de ellos tengo pocos comentarios de
mis padres, por lo tanto, me enfoco en mis abuelas brevemente, y
comparto lo siguiente.
Mi abuela paterna una mujer de campo, de Arandas, un pueblo de Jalisco,
con muchos hijos; pero solamente 8 sobrevivieron y, por tanto, con más
de 50 nietos, dedicó su vida al hogar, y en su última etapa era la
abuelita, pero no le gustaba que le dijeran abuela y, por razones que
desconozco, le decíamos Llillo. Todos los domingos la íbamos a visitar
en familia, y cuando nos juntábamos varias familias aquello era un
alboroto, sobre todo en los cumpleaños de mi Llillo. Tengo muy buenos
recuerdos de momentos con ella, era una viejita muy linda y agradable,
y murió de 97 años, después de pasar 15 años en silla de ruedas debido
a una caída, y ya no volvió a caminar. Mi nombre es en su memoria, se
llamaba Margarita, la recuerdo con mucho cariño.
Mi abuela materna se llamaba Josefina, era de un pueblo llamado
Etzatlan, en Jalisco, y mis bisabuelos eran de una clase económica
acomodada. Mi abue, por que así le decíamos, tuvo 4 hijos, mi madre fue
la mayor. En total fuimos 13 nietos, a quienes siempre les demostró
mucho cariño. Quedó viuda de 38 años, por lo tanto, tuvo que empezar a
trabajar y empezó hacer manualidades de todo tipo: bordado, tejido,
papel mache, etc.
De mis dos abuelas, fui más cercana a mi abuela materna, ya que si algo
me pasaba o me preocupaba recurría ella, y me aclaraba o me consolaba.
Tengo la imagen de una mujer muy fuerte y trabajadora, daba clases de
manualidades en escuelas públicas y, en festividades de fin de año, me
llevaba —yo tendría como 7 años y recuerdo cómo sus alumnas le hablaban
con respeto y mucho cariño, y yo me sentía muy orgullosa de ser su
nieta. A los 85 años se cayó, se quebró la cadera y ya no pudo
trabajar. Murió a los 87, después de dos años de estar en silla
de ruedas. Después de su muerte le escribí estas frases:
“Abue”
Que ayer te
marchaste
tras de las
estrellas
Que la vida
misma
te quedo
pequeña
que ya no
quisiste
prologar su
espera
que nada te
llevas
que todo nos
dejas
Que ayer te
marchaste
tras de las
estrellas
Que los
cielos mismos
te abrieron
las puertas
que todas tu
dudas
tuvieron
respuesta
y al fin los
misterios
Dios te los
revela.
(febrero 1987)
María, gracias por esta labor tan bella de trabajar en mejorar la
conciencia de tanto ser humano.
Con cariño, Margarita.
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Escrito de Guadalupe M Martínez
Gómez ------------
Hola María,
¡Felicidades por el nuevo libro!
¡Padrísima la portada! ¡Muchas felicidades a Juan Carlos! ¡Quedó muy
hermosa!
Juan Carlos tiene una forma de mirar el mundo que se traduce en
imágenes, me da mucho gusto verlo muy contento y desarrollando sus
habilidades. Espero que explore y aproveche más sus talentos
artísticos, que además de la danza, se siga expresando a través de sus
fotografías, de sus dibujos, de las cosas que elabora con sus manos
(como en su casa que hay pequeñas obras bellísimas hechas por él, como
collages, plantitas y figuras, macetas, etc.).
Me gustó mucho que la imagen tenga marcadas las raíces, que provienen
de dos lugares diferentes; puedo ver a los abuelos formando parte de la
raíz de cualquier persona, pero a la vez, veo a los abuelos como el
tronco del que salieron los primeros frutos, que son los hijos; luego
los hijos, a su vez, formaron un tronco que dio frutos también.
La unión de las raíces forma un tronco que tiene líneas claras
marcadas, haciendo curvas parecidas a las cadenas de ADN; esto
representa para mí características concretas de la personalidad, del
cuerpo, de la psique; me gustó mucho que las líneas estén muy bien
definidas, no sé, me da la sensación de claridad, experiencia y fuerza.
Y luego salen las ramas de ese árbol, con círculos de colores que
interpreto como frutos rojos y azules. Los colores rojo y azul me
gustan mucho, el azul me produce tranquilidad y el rojo vitalidad. Me
gustó que los frutos tuvieran diferentes colores, que no fueran
iguales. Y al estar en la parte de arriba, las relaciono con ideas
también.
Y qué decir de las flores que están en el piso, ¡muy bellas! Hasta
parece que sonríen. La imagen también me da la impresión de que las
flores son los nietos, ¡je!
Me parece muy buena idea que en la página aparezca el índice del
libro. Al verlo, me producen curiosidad los temas que se abordan.
Nuevamente muchas felicidades por esta creación, ¡qué maravilla!
[…]
¡Saludos y un abrazo!
P.D. [...] ¡Gracias por invitarnos a la reflexión, al diálogo y a la
creación!
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