Tema del Mes > Noviembre de 2009

Nota: Lo invitamos a participar, enviando a nuestro E-Mail
sus comentarios respecto al Tema del Mes y Temas de Meses anteriores,
que con gusto haremos llegar a los autores respectivos.


Continúan durante noviembre, en España, los eventos de presentación de nuestro más reciente libro, "Razón y Fuerza del Mito", con la presencia del autor, Dr. Javier Castillo Colomer. Fue ya turno para Pamplona, el pasado 24 de octubre, y este próximo noviembre 12, de nuevo en Valencia (verifique la programación y detalle del evento en nuestra página principal). ¡ Están cordialmente invitados a asistir !

Dichos eventos han quedado marcados por el interesante y profundo nivel de reflexión y aportación con relación al tema del "Mito", tanto de expositores como de participantes. Este mes les compartimos el texto titulado "El Mito en la psicología", de Don Enrique Galán Santamaría, prestigiado intelectual y analista junguiano español, poseedor de una larga, fecunda y creadora trayectoria en el pensamiento de la psicología profunda, que sirvió de base para su ponencia de presentación del libro en Madrid, el pasado mes de septiembre.

Para Editorial Fata Morgana es una satisfacción saber que alrededor de la publicación de este libro van surgiendo diversas opiniones de los estudiosos del Mito, esa dramaturgia de la vida interior, donde cada héroe o dios representa una función de la psique y, en su actuar e interacción, dan expresión a la vida intrapsíquica del género humano, presentando tendencias y opuestos, por ejemplo, la sublimación y la perversión.

Las perspectivas de la mitología son de gran ayuda en el análisis terapéutico junguiano, en especial durante períodos de amplificación de complejos y/o personalidades parciales, pues permiten utilizar una imaginería rica y viva en formas y simbolismos, libre de limitantes de tiempo y espacio, en lugar de la frialdad de los tecnicismos.

Antes de entregarles dicho texto, sólo comentarles dos asuntos:

1) Ya disponible a la venta, en varios idiomas y países, el famoso y tan esperado "Libro Rojo", de Carl Gustav Jung, producto de la interiorización, trabajo psíquico e imaginación activa del autor, que hizo posible la fundamentación de esta psicología. Estoy segura que será muy inspirador para todos ustedes poder acceder al material que C. G. Jung mismo documentó acerca del viaje al interior de su propia psique. Este link les parecerá interesante:
http://www.digitalfusion.net/blog/2009/09/19/digitalfusion-captures-history-for-carl-jungs-red-book


2) Por motivo de las festividades de Día de Muertos en México, los invitamos a releer el Tema del Mes del pasado noviembre de 2008, "Símbolos femeninos de la dualidad Vida y Muerte en Mesoamérica", escrito por la Lic. Patricia Ortega Henderson:
http://www.fatamorgana.com.mx/FMTemaDelMes-11-08.html


Dra. María Abac Klemm
Noviembre, 2009



El mito en la psicología
Por Don Enrique Galán Santamaría


En su último libro, Razón y fuerza del mito, Javier Castillo prosigue su investigación desde la perspectiva de una  psicología profunda integradora de las diversas Escuelas, siguiendo la misma metodología participativa que explora los contenidos del analizando en relación con sus propios contenidos que se hacen conscientes. Si en obras anteriores el autor ha prestado atención al papel de los sueños, la temática del sufrimiento y la economía de la culpa y el miedo dentro de un contexto arquetipal, en este libro delimita con mayor detalle dicho contexto, estudiado por los investigadores de la mitología, tanto clásica como etnológica.

Recordemos brevemente que el mito cumple diversas funciones y que ha sido concebido de modo distinto en las diferentes culturas. Si en las sociedades preliterarias y arcaicas el mito es la verdad, en el primer racionalismo griego fue visto como una fábula, considerándosele posteriormente como alegoría desde un didactismo filosófico y, más adelante, como símbolo de un sentido oculto.

Consecuentemente, el mito ha encontrado varias formulaciones según su ámbito de aparición. Así, en el religioso va asociado a un rito, en el artístico, a la imagen —literaria e icónica—, en el pensamiento adquiere el valor de categoría cognitiva —concepto y categoría— y científicamente se investiga como un hecho antropológico.

En lo que compete a la psique, el mito aparece pues en el individuo como un hecho anímico, por su carácter de imagen asociada a una emoción, y como un hecho espiritual en lo que toda mitología tiene de narración, mientras que enfocado desde el polo colectivo, el mito da forma al imaginario colectivo que define a la psique grupal.

Por ello el mito guarda una estrecha relación con  la psicología como ciencia, bien desde el punto de vista de una “psicología del mito”, en la cual éste se estudia como un objeto científico parcial para descubrir aspectos de la estructura y dinámica de la psique apoyándose en una antropología religiosa, pero también como “mito de la psicología”, que permite considerar esta disciplina a la manera de una autogénesis del hombre como despliegue evolutivo de la consciencia. En cuanto a la psicología profunda, desde su primera formulación psicoanalítica, el mito está en el centro de sus investigaciones sobre los límites del logos.

En consecuencia, para la psicoterapia analítica el mito es una clave fundamental. En primer lugar, porque constituye la vía regia para el acceso al nivel arquetípico de la psique, pero también porque la psicoterapia es un modo de comprender el mito personal que se encarna en la biografía del individuo. A fin de cuentas, la mitología es el lenguaje propio del alma, con su personificación de las fuerzas con las que debe lidiar para su realización.

En la actualidad, la consciencia colectiva está movida por un mito heroico de carácter prometeico, hercúleo y fáustico, es decir, titánico, desmesurado y tecnológico, que se expresa empíricamente como puerilidad —omnipotencia mágica—, psicopatía —negación de los límites— y parricidio deicida —descalificación de la experiencia histórica. La psiquiatría y la psicoterapia no escapan a esta consciencia colectiva, que es una inconsciencia, cuando enfrentan el sufrimiento como una deficiencia a encubrir farmacológicamente, en el caso de la primera, o plantean el desarrollo psíquico como una optimización de capacidades, en el de la segunda. En  ambos casos, con sus matizaciones y diferencias, se busca neutralizar maniacamente la memoria y, con ella, la realidad del sujeto y su consciencia desdichada, trágica.

Por ello tal vez convenga recordar el sufrimiento de los dioses tal como narran las diversas mitologías, tanto politeístas como monoteístas, que rebajan un tanto la omnipotencia imaginada en el ámbito de lo divino. Quizá debamos comprender que tras nuestro sufrimiento personal se encuentra el de las diosas (Deméter y la pérdida, Afrodita y el rechazo, Ártemis y la soledad, Hera y el engaño, Atenea y la orfandad materna, etcétera) y el sufrimiento de los dioses (Urano, Crono y la castración, Yahvé y la inconsciencia, Dioniso y el desmembramiento, Pan y la desvinculación, Thor y la ceguera destructiva, etcétera). Pues todo ese sufrimiento mítico, que implica necesariamente una proyección del sufrimiento humano, señala el valor del sufrimiento para la constitución del sujeto.

Enrique Galán Santamaría
Octubre de 2009


LogoSmall