Para mi, después de 4 años de ausencia en Zúrich, el caminar por sus calles, ver sus fuentes, sus edificios, me llena el Alma de imágenes psíquicas, pasadas y presentes, pues a través de las presentes encuentro a esos amigos o personas que estuvieron cercanas a mi vida y yo en las de ellos; esto permite tejer, con hilo casi invisible, ideas y sensaciones que hablan del Alma y el Espíritu.

Uno de estos encuentros fue con la escritora Carmen Real; ahí se habló de lo que representa en uno el Ánimus y su posesión –aunque esto sucede con cualquier arquetipo, cuando nos posesiona. En esa situación, es el arquetipo quien habla, y no nosotros.

Poder tomar consciencia de ello requiere mucha observación, mucho trabajo y, sobre todo, humildad. Esa noche hablamos muchas horas sobre lo que sucede en los seres humanos cuando los dioses –dicho en otra forma, los arquetipos– nos poseen.

Dra. María Guadalupe Abac Archundia
Octubre 2014

Impresiones de un reencuentro y de una relectura

Por Carmen Real

Dra. Filología y Literatura,
autora de dos libros de poesía; «El oficio de Enoch», «De la Alquimia»,
y de la novela próxima a publicar: «A uno y otro lado del río Shil » 

En Zúrich el otoño se abre paso entre los jirones de un verano dispar y trae los primeros frutos de su cosecha; encuentros inesperados y relecturas de algunos libros imprescindibles.

    Después de cuatro años de ausencia, me reencuentro con la que fuera mi analista, la Dra. María Abac, de paso por Zúrich, ciudad que en el pasado fuera escenario de la obra que Jung elaborara durante años, y de mi propio inicio en el análisis junguiano.  Allí está ella, envuelta en su "cualidad elusiva", en ese torbellino, entrecerrando los ojos "para ver mejor" . Cuando María Abac entrecerraba los ojos y miraba así, hacia dentro, yo sabía que iba  a regresar con algo sustancioso e inesperado. De modo que no hay tiempo para saludos formales sino que caemos directo en los asuntos, como Alice deslizándose vertiginosamente hacia lo desconocido tras el conejo. Y así nos vive  otra vez Zúrich, paseando por sus calles empedradas, envueltas en asuntos aparentemente sutiles pero de una contundencia que duele en todo el cuerpo.

    Por suerte hay pausa y cena, y conversación sabrosa; en esa especie de recreo aparente, hablamos de la editorial y de las publicaciones y proyectos. Siento la urgencia de comentarle una de mis últimas relecturas y de felicitarla, como editora,  por el homenaje a esa grande del análisis junguiano, Barbara Hannah. Me refiero a «El viaje interior» Es ¡un libro perfecto!, dije llevada por mi entusiasmo, por las profundas impresiones que dejó en mí su relectura. Y a esto le sigue la invitación a escribir estas líneas.

    En realidad quería decir como en alemán: ¡Vollkommen! que implica no sólo perfección de forma, sino y por sobre todo, plenitud. Sí, ese sería el verdadero adjetivo. Puesto que este volumen expresa plenamente la tarea y originalidad de  esa cualidad que la propia Hannah llamara "cualidad elusiva", necesaria para todo proceso de individuación. Este volumen, que reúne importantes ensayos sobre psicología junguiana, es una síntesis excepcional de los conceptos básicos del análisis junguiano. Asimismo, se puede apreciar y disfrutar de ejemplos que clarifican su aplicación, tanto en la praxis analítica como en la vida cotidiana.

    Fue una agradable sorpresa recorrer una vez más los pormenores de ese valioso instrumento de trabajo que fue y sigue siendo "la imaginación activa", los cuidados, peligros y resultados que el uso de ésta arrojan. Valoré también el imprescindible repaso que para mí significó escuchar a la propia Barbara Hannah delinear el territorio psíquico del yo, de la sombra, el ánimus y el ánima, pero sobre todo "verlos" en acción a través de los ejemplos  y "sentirlos", sí,  pues más que conceptos uno se topa inevitablemente con la realidad del inconsciente. Hannah luce aquí, en estos ensayos, esa cualidad suya, la de hacer palpable estas figuras, pero lo que más me tocó fue encontrarme con el carácter curativo de este encuentro. Sorprendente fue para mí que hablara de la "posesión" y del "hechizo" con total naturalidad, como si fuesen hechos aceptados y reconocidos por todos. Me acercó a estas dos realidades del suceder psíquico, mostrándome su incuestionable existencia, su funcionamiento y abriéndome a ámbitos más profundos de mi propia psique. La perla de esta relectura la constituye el  conocimiento de que las figuras del inconsciente no perciben nuestra realidad como nosotros, sino que ¡puede existir un desconocimiento parcial o total de lo que es eso que llamamos realidad cotidiana! Era perentorio informar a nuestras figuras internas sobre dicha realidad, y de llegar a un acuerdo con las mismas a fin de que no interfirieran "a su modo" en nuestro hacer diario y en nuestras decisiones!

    No, claro que no es simplemente un viaje, sino un invitación a la lucidez y a la propia completud. Cuando terminé de releer el libro, lo cerré y me lo coloqué en el corazón, ¡tan plena me sentía!

    Nuevamente mis felicitaciones a la Dra. Abac por este homenaje a quien fuera una de las voces más fidedignas próximas a Jung. Su imagen y cualidad quedan flotando en el alma, como si en verdad hubiésemos conocido y compartido experiencia de análisis con ella. Gracias Dra. Abac por este regalo de integridad y autenticidad, que invita a seguir el ejemplo. Estos dos encuentros enriquecieron y renovaron mi vida.