Tema del Mes > Septiembre 2008



¡Dos adioses!… al Dr. Adolf Guggenbühl-Craig†,
nuestro maestro y amigo.
Por Dr. Paul Brutsche y Dra. María Abac Klemm


¡Un adiós más!, ahora a un querido maestro. ¡Vamos a extrañar sus comentarios sabios y con humor!

Lo recuerdo con mucho cariño, en mi visita a Zurich del año pasado, cuando me cedió el derecho de traducción al español de su obra “Eros on Crutches”, en que tuve la oportunidad de disfrutar una hora de su vida en agradable charla sobre la vejez, en la paz de un retiro con su familia. Aún lo veo, sentado en su silla, al fondo sus libros y parte del jardín… la impresión que daba era la de un “viejo sabio”, animándome a envejecer con tranquilidad y agrado.

Este año, desafortunadamente, sólo lo pude ver breves segundos, recién llegado a su casa de una operación. ¡Para mí ya era un adiós!… deseaba despedirme de mano y darle un beso de despedida, pero hubiera sido imprudente, dada la situación. Así que le dije adiós desde lejos, en espera de poder volver a verlo.

El adiós que se da a maestros y amigos que parten al mundo del Más Allá, nos brinda la oportunidad de reconsiderar lo valiosa que es la vida y la necesidad enorme de prepararnos para dejarla ir alegremente, cuando sea necesario.

¡Un adiós al Dr. Adolf Guggenbühl-Craig y muchas gracias por esas horas de charla grata y por sus enseñanzas!

María Abac Klemm



A continuación les transcribimos el texto que amablemente nos hizo llegar el Dr. Paul Brutsche, en relación a tan sensible evento:


Necrología del Dr. Adolf Guggenbühl-Craig
Por  Dr. Paul Brutsche

Zurich, 24 de julio de 2008

Estimados Colegas,

Es nuestro triste deber informarles de que el Dr. Adolf Guggenbühl-Craig falleció el pasado viernes 18 de julio de 2008, a la edad de 85 años. Aunque no fue miembro del ISAP, fue muy cercano a muchos de nosotros a través de su permanente contacto y colaboraciones. Por esta razón deseamos recordarlo con un mensaje de gratitud.

Como presidente, durante un largo periodo, del Instituto C. G. Jung de Zurich, y posteriormente presidente del IAAP, sus contribuciones a la Psicología Junguiana, dentro y fuera de Suiza, fueron numerosas. Un gran número de Junguianos alrededor del mundo fueron influenciados por sus actividades como psicoterapeuta y analista, profesor y ponente, y autor de muchos importantes libros y artículos.

Adolf Guggenbühl poseía un espíritu extremadamente independiente. Amaba la contradicción y exploró acerca de los más inusuales y paradójicos elementos de la existencia humana. Esto fue aparente en los títulos y temas de sus libros y lecturas, característicamente marcados por su sentido del humor y estilo dialéctico.

Adolf Guggenbühl tenía una sobria, pero comprometida y atractiva forma de relacionarse con los otros. Poseía un maravilloso sentido del humor y de la auto-ironía, y sabía muy bien contar agradables historias con sustanciosas anécdotas y originales conclusiones.

Él será extrañado por muchos de nosotros, quienes lo conocimos desde sus épocas de mayor influencia aquí en Zurich, y permanecerá en nuestra memoria como una personalidad original y única, y un colega del más alto valor.

Paul Brutsche



Por último, y como un sincero homenaje adicional por parte de Editorial Fata Morgana al Dr. Adolf Guggenbühl-Craig, deseamos presentarles algunas reflexiones acerca de la importancia de nuestra existencia aquí y el inescrutable paso al Más Allá.

En la ponencia que Barbara Hannah impartió durante la Segunda Conferencia de Bailey Island, en agosto de 1968, titulada “El Más Allá” (publicada por Editorial Fata Morgana, en el libro “Seminario del gato, el perro y el caballo, y El Más Allá”), ella recuerda las palabras del doctor Jung al referirse a nuestro paso por el mundo material:

“Deberían dejar algún rastro en este mundo que muestre que estuvieron aquí, que algo sucedió. Si no sucede nada de este tipo, Ustedes no se han realizado y el germen de la vida ha quedado atrapado en una dura capa de aire, la cual quedó suspendida, sin tocar tierra, por lo que nunca producirá una planta.”

“Si tienen éxito en completar su entelequia, ese impulso provendrá de la tierra, esto es, la posibilidad de desapegarse del mundo.”

Como acertadamente comenta el doctor Paul Brutsche, el doctor Adolf Guggenbühl-Craig fue una de esas personas que dejaron “huella” a su paso por este mundo, al entregarse como amigo, compañero, terapeuta y profesional en el mundo de la psicología junguiana.

Dice también Barbara Hannah que, para los chinos confucionistas el paso por este mundo debería darnos la oportunidad de crear un cuerpo que dé soporte a la conciencia cuando tenga que dejar a su antiguo asistente, el cuerpo. Una especie de cuerpo sutil, de naturaleza espiritual, formado por nuestros “pensamientos y trabajos”. Esto nos permitirá tener una existencia propia después de la muerte, que no dependa tan solo de los pensamientos de quienes nos sobrevivan.

Y comenta la misma autora, más adelante, que Richard Wilhem, en su libro “Muerte y renacimiento en China (Death and Renewall in China)”, dice que los confucionistas muestran una “dignidad soberana” en su cabal actitud ante la vida, en el lugar al que pertenecen en la Tierra y cumplen lo más adecuadamente posible con su deberes aquí. No lo hacen por adquirir méritos sino por encontrar el Tao entre lo finito y lo infinito, entre el aquí y el Más Allá, el Tao por lo que tiene y vive su Ser ahora.

Adolf Guggenbühl-Craig es, sin duda, uno de estos seres que cumplieron su trabajo lo mejor posible en el trayecto por esta vida. Deseamos que sus “pensamientos y trabajos” formen ya parte de su cuerpo espiritual y que la entelequia contenida en todo lo que sembró continúe y perpetúe su obra y presencia en este mundo.

Editorial Fata Morgana
María Abac Klemm



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