Inmersos en la civilización, en las costumbres, en el modelo colectivo aprobado y sugerido, vamos ganando aceptación, posición, prestigio, comodidad. Nuestro desarrollo y comportamiento como Seres Humanos tiende cada vez más hacia lo racional, lo lógico, lo adecuado, lo regulado, de acuerdo a los valores, tiempo y geografía en los que se vive.

Siendo Humanos, habiendo dejado ya la naturaleza primigenia de la que partimos y en camino hacia la búsqueda de lo divino, nos regocijamos en nuestros logros materiales e intelectuales -como especie y como individuos-, nos guiamos para continuar dicho camino por nuestra racionalidad e intelecto, método que hasta ahora nos ha funcionado.

Este 'camino de la civilización' va alejando y reprimiendo de nuestra conciencia la parte natural que llevamos dentro, nuestra parte animal, nuestros instintos básicos (como formas típicas, uniformes y repetidas de actuar y reaccionar) y de nuestra Psique las capacidades de formarse a través de los arquetipos (como formas típicas, uniformes y repetidas de aprehensión).

Para C. G. Jung, la vida consta siempre de situaciones naturales y situaciones civilizadas. Si vivimos completamente en la mente, nos perderemos en las situaciones naturales de las que en gran medida consisten nuestras vidas, pero si somos demasiado indulgentes con los instintos perdemos la conciencia. También menciona que en todas las situaciones naturales, los instintos constituyen una protección mucho mejor que toda la sabiduría intelectual del mundo, sin embargo, en las situaciones más civilizadas necesitamos de la mente, ya que acentuar demasiado el instinto nos complicaría el camino.

En este necesario seguir existiendo en la naturaleza (y en las situaciones y conflictos que de esto derivan), es en los sueños, las fantasías y los síntomas corporales donde el símbolo del animal puede darnos una ayuda, una guía y/o una solución a éstos. La  Psique se expresa a través del simbolismo del animal y su relación con otras figuras internas.

Las imágenes de los animales en los sueños, fantasías y síntomas corporales son formas vivientes que despiertan nuestra alma. Su lenguaje es lo básico, un observar su morfología, su aspecto homeopático, su simbolismo, su folclore, su textura, su color.

Es muy importante que evitemos reducir tan sólo a una expectativa naturalista -racionalista, conductista del animal- la aparición del simbolismo de los animales; será mucho más útil el descubrir y analizar el mitologema que representan y el estar atentos a que lo anti-natural mueve a la imaginación y éstas son las imágenes que más nos impactan y hacen reflexionar.

El simbolismo del animal en los sueños, fantasías y síntomas corporales es una forma que tiene la Psique de hacer notar qué aspectos instintivos en nosotros hay que trabajar, qué aspectos de nuestra naturaleza requieren atención. Como Jung indica: "… si seguimos las Leyes de nuestra Naturaleza, éstas nos conducirán naturalmente hacia el final correcto".

Editorial Fata Morgana tiene publicados los siguientes títulos en relación a este tema, en ellos encontrarán una muy buena referencia:


También, para quien desee profundizar más, en el Centro de Estudios Junguianos de Guadalajara, Jal., se imparten los siguientes dos talleres (consulte nuestra sección de Cursos y Conferencias):