Tema del Mes > Junio de 2022

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Este mes les compartimos una reflexión personal del Dr. Luis A. Bojórquez Tapia (Director General de Multicriteria, S.C.), surgida de la experiencia sui géneris de haber participado de un safari fotográfico en África.

Su escrito denota el rigor y la estructura de la visión de un científico (siendo él un reconocido profesional con doctorado en biología), pero además connota la voluntad de cruzar la objetividad de su vivencia en el mundo exterior, usándola para adentrarse en la subjetividad de su ser interior y enriquecer su psique a través del cuestionamiento y la reflexión de lo observado.

Agradezco mucho esta nueva colaboración al Dr. Luis A. Bojórquez Tapia; la suya fue una vivencia excepcional (un safari en África), pero su ejemplo nos puede incentivar a enriquecer nuestra psique a partir de las vivencias de nuestra simple cotidianidad, si tenemos la voluntad de trascender nuestra objetividad exterior.

Quedo en espera de sus comentarios y, tal vez también, de sus propias reflexiones sobre lo cotidiano.

Dra. María Guadalupe Abac Archundia
Fundadora y Directora
Editorial Fata Morgana
México
Junio de 2022


¿Qué aprendí de los machos en la selvatiquez?
Dr. Luis A. Bojórquez Tapia
Director General de Multicriteria, S.C.



Impresión 1:
Masivo, musculoso y malencarado, el búfalo del cabo (Syncerus caffer, Bobidae) estaba pastando. Concentrado, pasaba por alto nuestra presencia a la orilla de la carretera. De 1.7 m de alto, 3.4 m de largo y más de 900 kg, ni siquiera éramos una molestia a pesar de que estábamos a unos 15-20 m. de él.




Pensamiento 1:
Ahí está la ventaja de observar a la naturaleza de una manera segura tanto para las fieras como para nosotros, simples curiosos en búsqueda de algún significado. El quid de la observación segura es hacerla pasivamente, como un objeto inanimado, como si se fuera una piedra. Uno se puede ocultar en el jeep que conduce Dirk, nuestro guía profesional del inofensivo safari. La pestilencia humana se pierde con el olor del motor y lo amenazadoramente humano se oculta dentro del todoterreno. Uno no existe para las fieras. No así su efecto psicológico sobre mí. ¿Cuál es la fascinación de los machos majestuosos de los grandes mamíferos?

Sobra decir que han sido siempre símbolos de poder, raciocinio, nobleza, y acción. Las imágenes simbólicas abundan, por ejemplo, la fortaleza y la justicia del león o la templanza y la prudencia del elefante. Son tema de una abrumadora obra iconográfica que un lego como yo no se atreve analizar ni someramente.

Sin embargo, tales simbolismos me parecen ahora demasiado directos después del safari. Creo que omiten las conductas aterradoras de estos especímenes majestuosos. No, no me refiero a que muchos son depredadores sangrientos, sino al hecho que la naturaleza es brutal.




Impresión 2:
Me quede mirando al león que estaba en medio de la carretera. El enjambre de vehículos detenidos, el motor apagado y el interior con personas (Homo sapiens, Homninidae) extasiadas, tomando fotos, los adultos de 60 a 130 kg, 1.5 a 1.9 m de alto y sin cola. Para el león (Panthera leo, Felide) todo esto no existía. Se mostraba atento a algo fuera del alcance de los sentidos del humano. Estuvo inmóvil por más de 10 minutos. Y nosotros esperando en el embotellamiento. De pronto, giró y corrió en nuestra dirección. Todos nos emocionamos. Con sus 190 kg, 3 m de largo y 1.2 m de alto, el león de repente cruzó la carretera por detrás de nuestro jeep y se metió a la espesura. Lo que llegué a ver fue único. La fiera, de un impresionante salto alcanzó a otros tres leones. Empezó tan rápido como terminó la pelea. Los cuatro leones corriendo o persiguiéndose se nos perdieron en el matorral.




Pensamiento 2:
¿Qué pensar? El búfalo y el león me comunican seguridad y autoconfianza. Están en lo suyo y saben qué hacer. Parece que no hay nada que los amenace, aún en la selvatiquez. ¿Será que lo carezco en mi profesión?




Impresión 3:
Al salir de una curva nos sorprende un elefante macho (Loxodonta africana, Elephantidae) que ramoneaba vorazmente al lado del camino para mantener sus 6,000 kg, 4 m de alto y 7 m de largo. Sólo bastó con una mirada y un movimiento de cabeza para que nos detuviéramos. El mensaje era claro: no se acerquen. Si lo hubiéramos hecho, el elefante hubiera podido voltear el jeep, como claramente lo advierten los instructivos. Una reversa corta del habilidoso Dirk para estar a distancia segura y proceder a fotografiarlo, sin problema alguno. La ventaja de ser guiados por un profesional.

Su trompa, ¡una maravilla! Embutido de 50 mil músculos y tan sensible que, nos dijo Dirk, podía recoger ramitas y flores, o sacar espinas de los pies, pero a la vez tan fuerte que podía usarla para romper ramas de buen tamaño o incluso árboles, como se observaba en los rastros a su alrededor.




Pensamiento 3:
A lo mejor el búfalo, el león y el elefante representan ideas. Si bien son especies muy sociales y se juntan en manadas, los grandes machos llegan a pasar mucho tiempo solos, aislados.

El búfalo macho pelea contra otros para convertirse en el semental dominante de la manada. Un elefante dominante llega a matar al otro macho, aún si es su hermano, por lo mismo. O algo más terrible, cuando un león llega a ser adulto y gana la lucha por la manada, generalmente mata a la generación más joven de cachorros y desaloja a los adolescentes. La lucha por la existencia. Los genes en la conquista del derecho a replicarse. Pero aún los machos más grandes son muy sensibles, nada más veamos la trompa de un elefante. La sensibilidad es indispensable, no es debilidad.

Shakespeare in natura.

Si los machos acarrean al semen, la semilla de la existencia, ¿quiere decir que la semilla de una idea tiene que elaborarse en el aislamiento? ¿Una idea tiene que pelear contra otras ideas dentro de mí para propagarse?




Impresión 4:
Era imposible avanzar porque la manada de impalas (Aepyceros melampus, Bovidae) obstruía la terracería. Bellísimos animales. Un impala macho de 75 kg, 90 cm de alto y 1.5 m de largo corría con frenesí. El macho organizaba a las hembras en un círculo y, de cuando en cuando, amenazaba a otros machos más jóvenes con sus alargados cuernos. Sin duda, el triunfador que reclamaba su derecho a reproducirse. Pero la conducta frenética tiene altos costos y dura poco. Quizá en un par de días, ya agotado, otro ocupe su lugar.




Pensamiento 4:
Estoy confundido. Parece un gasto de energía excesivo. ¿Cuál es el beneficio? Al fin de cuentas es otro tipo de lucha. Cuando es contra otros machos ¿se trata de la confrontación de ideas? ¿Una idea que sin piedad aleja a las vencidas, que tendrán otra oportunidad en su momento? Esto es importantísimo, significa dejar la autocomplacencia detrás. La autosuficiencia se gana en el interior. Sin embargo, éste es un logro magro ¿Qué hace falta?

La labor del impala dominante era la de convocar activamente una “masa crítica” de hembras. Con suerte, él fecundaría a algunas y ellas gestarían sus crías. El macho defendería el territorio de la interacción hasta el límite de sus fuerzas. La dominancia tiene fecha de caducidad.




Una desviación:
Lo masculino y lo femenino son construcciones sociales, en tanto que macho y hembra son realidades biológicas. Es válido afirmar hay muchas formas de ser hombre, pero no parece que existan muchas formas de ser macho dominante de búfalo, león, elefante o impala. El macho comunica “éste soy yo” sin redondeos y paga las consecuencias si llega o no a ser dominante. Logos sin excusas.

Creo que ahora comprendo mejor a lo que Karl Popper se refería con lo de “poner a prueba” en lugar de “comprobar” las ideas.

No había visto la relación. El logos (poder, pensamiento, acción) tiene que demostrar que es digno de eros (creatividad, totalidad, vitalidad). En aislamiento, el logos gana vigor para la lucha y defensa del territorio creativo. Pero sin la aceptación de eros la idea no nace.

La observación de los machos me hace consciente del papel que juego en el destino de mis ideas. No me debe doler que no sean aceptadas por los demás.

Permítaseme una barbaridad de aficionado, pero es lo que me dejan las impresiones anteriores. Solamente quiero ser congruente con lo que me quedó del búfalo, el león, el elefante y el impala:

En el macho dominante (logos) está la semilla de “mi verdadero yo”, mientras que el daimon es una propiedad emergente de una asociación. Aparece en el interior, por un instante, al relacionarse el macho con las hembras fecundas (eros). El macho dominante gana solamente el derecho a probarse si puede ser aceptado por las hembras. Esta prueba es crucial para que la idea nazca y se desarrolle. Una vez en el exterior, lo más probable es que no prospere en las siguientes pruebas. El macho que ya dejó de ser dominante lo acepta sin pretextos, en el aislamientoFlag Counter

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