Tema del Mes > Junio de 2015

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¿Y el Padre qué?
Por Dra. María Guadalupe Abac Archundia

En una continuidad natural de ideas a lo dicho el mes pasado acerca de la Madre, les menciono que en mi trabajo analítico con hombres enfatizo mucho la necesidad de su presencia y relación con los hijos, y no nada más las de la Madre.

Siento que el niño necesita, para construir su realidad psíquica, dos pilares básicos: Madre y Padre; y entre más equilibrados se encuentren estos, mejor será el desarrollo de aquél.

La presencia del Padre es muy importante para el desarrollo de los hijos en tiempo y mundo concreto exterior, y en los anhelos espirituales que se llevan más hacia la realidad. Es él quien nos enseña cómo conducirnos y manejar ese mundo exterior, pero también es él quien nos enseña cómo desarrollar el logos.

El Padre es el primer amor que puede tener una hija, y de ahí el posterior desarrollo de ella en relación con el hombre; y si no hay un Padre, entonces este aspecto se desarrolla pero con el Ánimus de la Madre.

Para el niño varón es importante el Padre porque es quien le va a a dar énfasis en su masculinidad y en cómo relacionarse con su mundo exterior.

Da gusto observar que, en estos tiempos, cada vez más parejas están haciendo el esfuerzo por lograr la transformación del Padre ausente hacia un Padre más presente, en la educación y crecimiento de los hijos.

Esto mismo podemos observarlo socialmente en países como México, donde la figura del Padre es ausente o débil, por cuestiones históricas y culturales. Tan es así que incluso nuestras figuras de gobierno son autócratas, lo que en el fondo esconde una debilidad masculina.

En coincidencia, hablando recientemente con la Dra. Rashna Imhasly-Gandhy (autora del libro “La Psicología del Amor”) sobre la India, que es un país patriarcal, y México como un país matriarcal, en ambos se da una violencia enorme contra lo femenino. Y cuando digo femenino no me refiero sólo a la Mujer, sino a todo lo que se refiere al Alma de las cosas, el “Ánima Mundi”, la Naturaleza.

Así como con la Madre, también podemos encontrar muchas formas arquetípicas del Padre. Por ejemplo, para que emerja todo el poder devorador de la Madre tiene que haber un Padre ausente, psíquica y/o físicamente.

Un caso de ausencia del Padre es cuando éste tiene características de “puer aeternus” (niño eterno), que es el “hijo de la madre”. Por ejemplo:

- Un puer aeternus puede ser un “Peter Pan”, en donde todo está fuera de la realidad, en el mundo de la fantasía, no hay Tierra, no hay donde lo alcance lo femenino y se lo trague. Es una especie de héroe, pero infantil.

- O puede ser un “Heracles”, quien ofrece toda su parte heroica a la Madre.

- O ser el eterno "Don Juan", a quien, como ninguna mujer resulta ser tan perfecta como su Madre, sólo le interesa poseerlas para luego abandonarlas, y así nunca ser de nadie mas que de su Madre. Socialmente esto se observa mucho en nuestra época, en la que lo masculino no desarrollado (al final de cuentas al servicio de la Madre), trata con tanta violencia a lo femenino, sólo para su uso; por eso tanta devastación y contaminación a la Naturaleza.

- O ser un "Casanova", con aspectos más refinados en el erotismo y en la sensualidad.

La contraparte de ausencia puede ser un padre “Senex”, la rigidez, el orden, el no permitir que lo joven emerja con la espontaneidad que le corresponde. Por ejemplo, en la película “Carácter” (Character), del director Mike van Diem, 1997, en donde vemos el problema del padre absoluto, castrante, que puede mutilar la masculinidad del hijo, así como el logos y/o la sexualidad de la hija.

También tenemos al Padre tipo "Midas", quien todo lo convierte en oro y todo se lo da a los hijos, lo cual los convierte en seres sin Alma.

Por otro lado, si partimos de que puede haber un "Padre Cielo", con todo este aspecto del Logos y la Espiritualidad, de razonamiento y alcances creativos, hay también el "Padre Tierra", aunque en pocos casos. Es el hombre que cuida a los hijos desde aspectos de nutrición, de salud, de realidad concreta.

Otras de las formas arquetípicas del Padre son: cuando tenemos a un "Zeus", que puede engendrar a la hija en su cabeza, de donde sale una Atenea, o al hijo engendrado en su muslo, Dionisos; o cuando hay un "Poseidón" / "Hades", que se apodera de Perséfone, la eterna joven, hija de la Madre; o cuando es un Urano, que en el sacrificio de su masculinidad puede hacer emerger una Afrodita.

También en las Cartas del Tarot tenemos ejemplos: el Papa, el Rey, el Loco, el Sabio, que serían otras cuatro formas de masculinidad en relación con la figura del Padre.

Estas son sólo algunas cuantas de las formas arquetípicas de la figura del Padre. Pero cada uno de nosotros tendremos nuestra propia vivencia y experiencia de éste.


Este tema se lo dedico a mi Padre,
y a todos los mentores que en mi vida
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Dra. María Guadalupe Abac Archundia

Junio de 2015

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