¿Y el
Padre qué?
Por
Dra. María Guadalupe Abac Archundia
En una continuidad natural de ideas a lo dicho el mes pasado acerca de
la Madre, les menciono que en mi trabajo analítico con hombres enfatizo
mucho la
necesidad de su presencia y relación con los hijos, y no nada más las de la Madre.
Siento que el niño necesita, para construir su realidad psíquica, dos
pilares básicos: Madre y Padre; y entre más equilibrados se encuentren
estos, mejor será el desarrollo de aquél.
La presencia del Padre es muy importante para el desarrollo de los
hijos en tiempo y mundo concreto exterior, y en los anhelos
espirituales que se llevan más hacia la realidad. Es él quien nos enseña
cómo conducirnos y manejar ese mundo exterior, pero también es él quien nos enseña
cómo desarrollar el logos.
El Padre es el primer amor que puede tener una hija, y de ahí el
posterior desarrollo de ella en relación con el hombre; y si no hay un
Padre, entonces este aspecto se desarrolla pero con el Ánimus de la
Madre.
Para el niño varón es importante el Padre porque es quien le va a a dar
énfasis en su masculinidad y en cómo relacionarse con su mundo exterior.
Da gusto observar que, en estos tiempos, cada vez más parejas están
haciendo el esfuerzo por lograr la transformación del Padre ausente
hacia un Padre más presente, en la educación y crecimiento de los hijos.
Esto mismo podemos observarlo socialmente en países como México, donde
la figura del Padre es ausente o débil, por cuestiones históricas y
culturales. Tan es así que incluso nuestras figuras de gobierno son
autócratas, lo que en el fondo esconde una debilidad masculina.
En coincidencia, hablando recientemente con la Dra. Rashna
Imhasly-Gandhy (autora del libro “La Psicología del Amor”) sobre la
India, que es un país patriarcal, y México como un país matriarcal, en
ambos se da una violencia enorme contra lo femenino. Y cuando digo
femenino no me refiero sólo a la Mujer, sino a todo lo que se refiere
al Alma de las cosas, el “Ánima Mundi”, la Naturaleza.
Así como con la Madre, también podemos encontrar muchas formas
arquetípicas del Padre. Por ejemplo, para que
emerja todo el poder devorador de la Madre tiene que haber un Padre
ausente, psíquica y/o físicamente.
Un caso de ausencia del Padre es cuando éste tiene características de
“puer aeternus” (niño eterno), que es el “hijo de la madre”. Por ejemplo:
- Un puer aeternus puede ser un
“Peter Pan”, en donde todo está fuera
de la realidad, en el mundo de la fantasía, no hay Tierra, no hay donde lo alcance lo femenino y se
lo trague. Es una especie de héroe, pero infantil.
- O puede ser un “Heracles”, quien ofrece toda su parte heroica a la
Madre.
- O ser el eterno "Don Juan", a quien, como ninguna mujer resulta ser tan
perfecta como su Madre, sólo le interesa poseerlas para luego
abandonarlas, y así nunca ser de nadie mas que de su Madre. Socialmente
esto se observa mucho en nuestra época, en la que lo masculino no
desarrollado (al final de cuentas al servicio de la Madre), trata con
tanta violencia a lo femenino, sólo para su uso; por eso tanta
devastación y contaminación a la Naturaleza.
- O ser un "Casanova", con aspectos más refinados en el erotismo y en la
sensualidad.
La contraparte de ausencia puede ser un padre “Senex”, la rigidez, el
orden, el no permitir que lo joven emerja con la espontaneidad que le
corresponde. Por ejemplo, en la película “Carácter” (Character), del
director Mike van Diem, 1997, en donde vemos el problema del padre
absoluto, castrante, que puede mutilar la masculinidad del hijo, así
como el logos y/o la sexualidad de la hija.
También tenemos al Padre tipo "Midas", quien todo lo convierte en oro y
todo se lo da a los hijos, lo cual los convierte en seres sin Alma.
Por otro lado, si partimos de que puede haber un "Padre Cielo", con todo
este aspecto del Logos y la Espiritualidad, de razonamiento y alcances
creativos, hay también el "Padre Tierra", aunque en pocos casos. Es el
hombre que cuida a los hijos desde aspectos de nutrición, de salud, de
realidad concreta.
Otras de las formas arquetípicas del Padre son: cuando tenemos a un
"Zeus", que puede engendrar a la hija en su cabeza, de donde sale una
Atenea, o al hijo engendrado en su muslo, Dionisos; o cuando hay un "Poseidón" / "Hades", que se apodera de Perséfone,
la eterna joven,
hija de la Madre; o cuando es un Urano, que en el sacrificio de su
masculinidad puede hacer emerger una Afrodita.
También en las Cartas del Tarot tenemos ejemplos: el Papa, el Rey, el Loco, el Sabio, que
serían otras cuatro formas de masculinidad en relación con la figura
del Padre.
Estas son sólo algunas cuantas de las formas arquetípicas de la figura
del Padre. Pero cada uno de nosotros tendremos nuestra propia vivencia
y experiencia de éste.
Este
tema se lo dedico a mi Padre,
y a todos los mentores que en mi
vida
me han ayudado a ser la Mujer
que soy
¡¡¡
Espero sus comentarios !!!
Dra. María Guadalupe Abac Archundia
Junio de 2015