En el Tema del Mes anterior, “El problema de la Sombra oscura y el Mal
radical en nuestros días”, tocamos aspectos que rebasan el ámbito de lo
personal, consciente y/o inconsciente. Recibimos varios comentarios de
lectores que conectaron el tema con su experiencia personal, para
después reflexionar acerca de cómo ellos se sienten también vulnerables
a la influencia de la Sombra y el Mal radical colectivos.
Cada uno de ellos me dirigió su comentario personal. Les comparto los
extractos relevantes para nuestro tema. Son ejemplos que nos deben
hacer reflexionar a todos...
Dra.
María Guadalupe Abac Archundia
Fundadora y Directora
Editorial Fata Morgana
México
Abril de 2022
Caso 1, Mujer)
Comparto un poema que escribí cuando era adolescente, que de alguna
forma refleja mi sentir y mi tristeza por esta guerra sin sentido.
Guerra
(1974)
Otra vez iluminada
por la noche se ve el cielo,
y no es del astro el reflejo
sino del arma del fuego. |
Otra vez se escucha al viento
con un eterno lamento,
de la vana destrucción
de la poca comprensión. |
Otra vez todo termina
más sólo se mira ruina,
y de las grandes ciudades
sólo quedan soledades. |
Otra vez surge la vida,
Más el hombre nunca olvida.** |
** Sobre la última frase, creo que si hemos olvidado, por soberbia y
poder.
Me es clarificador lo que mencionan Andrea Dykes y Anna Griève sobre la
sombra obscura, tanto personal como colectiva, y cómo ésta gesta la
maldad y la destrucción. De ahí la importancia de hacer conscientes
nuestros propios impulsos de maldad [...].
Sabiendo que el mal es parte de nosotros mismos, me recuerda dos libros:
— “El evangelio según Luzbel” de
Juan Miguel Zunzunegui, donde Luzbel encuentra a una pareja en una
cueva y les dice que les mostrará la historia desde su origen, y lo que
se observa es que toda la maldad es inherente al ser humano.
— Otro texto es de José Saramago, “El evangelio según Jesucristo”, en
una escena se ve Jesús solo en una barca en el mar y cubierto por
la neblina, y de pronto se le aparecen Dios y Satanás, uno de
cada lado. Satanás le dice a Dios, que ya lo perdone y que va ser
bueno, pero la respuesta de Dios es que eso no es posible, ya que si no
existe él (Satanás) tampoco existe Dios.
Mi sentir es que a nivel personal es importante que yo reconozca mis
sombras y las trabaje, haciéndolas conscientes, para evitar el daño que
yo causo, no sólo a las personas cercanas a mí, sino también a mi
entorno. [...].
Caso 2, Mujer)
[...] El tema del Mal no es un tema muy agradable que digamos, y
precisamente por eso hay que hablarlo.
[...] ¡Tal parece que aprendimos muy poco con la experiencia [...]
¿Será nuestra ignorancia, incapacidad e indiferencia, de la que hablan
Fernando y Perla en su artículo?
[...] tu aportación como la de Fernando y Perla son un llamado a
identificar nuestro Mal personal y a hacernos cargo de él, para no
proyectarlo a las otras personas, con las consecuencias colectivas que
eso acarrea.
Personalmente puedo decir que hice consciencia de mi violencia gracias
al taller de sueños; antes de eso, los otros, [...], eran los
violentos. Desde entonces puedo reconocer mi capacidad para hacer daño
[...], cosa que antes, al ser algo “tan feo” no lo podía ver y menos
aceptar.
Del artículo me llamó mucho la atención la cita: “el mal nace de que
ciertos contenidos psíquicos carecen de acceso a la conciencia, ya sea
que los reprime, o que la ocasión de establecer una relación con ellos
no se haya presentado todavía, y derivado de esto entonces, el peso y
la responsabilidad del mal se apoyan por consiguiente sobre la
incapacidad”... porque precisamente fue lo que estuvimos viendo en el
taller pasado, el paso de Manipura a Anahata, y la importancia de que
este paso se dé.
Caso 3, Hombre)
[...] Una muy clara explicación del mal radical y de cómo es que éste
emerge. Nos brindan una muy buena herramienta nuevamente, para tomar la
punta de la hebra, y hacer algo para transformarlo, para transformarnos
y no quedarnos
en la ignorancia de
todas las posibilidades de elección que tenemos los individuos,
como lo dijo Jung [...]