El
pasado enero los exhorté a iniciar este año dando una buena educación a
sus hijos basada en el ejemplo, y hemos recibido varios comentarios muy
interesantes que vale la pena compartir con ustedes, lo cual haremos
más adelante, pues hace unos días se dio un suceso que me parece que
complementa el tema del padre en relación con los hijos, y que nos
puede ayudar a comprender que es igual de negativo (o puede ser igual)
tanto el dar mucho como el dar poco...
Me encontraba en una sesión de terapia con un padre y su “puber” hija,
Emma, ella abrazada cariñosamente de él, y surgió el siguiente diálogo
(mismo que compartimos aquí con el permiso de ambos):
-- ¿Te ha dado muchos regalos tu papá?
A lo que la hija contestó espontáneamente:
-- Tengo la ligera sospecha de que mi papá nos da
golosinas (
i.e. cosas) que nos
engordan, para
así ser tragados, como en el
cuento de Hansel y Gretel.
Ella suelta una risa juguetona y se abraza al papá.
Gracias al trabajo analítico no es aún el caso en la relación de este
padre con su hija, pero tal respuesta implica el hacer a los hijos
dependientes de los padres por un tiempo interminable y detener su
propia creatividad si se les resuelve o se les da demasiado,
compensando los padres lo que ellos vivieron de niños o que el padre no
se sienta capaz de ser amado sin ser demasiado benevolente y generoso,
supliendo con cosas la falta de cariño, atención y tiempo para los
hijos...
Este es el problema de muchos de los padres actuales... darles todo a
los hijos, impidiendo así que ellos busquen soluciones creativas a sus
necesidades
Dra. María
Guadalupe Abac Archundia
Febrero 2017